Información sobre la flor de izote

Son las primeras lluvias, la flora salvadoreña se viste de colores para la nueva estación. En la cúspide de las plantas de izote comienzan a brotar cojollos amarillentos, resguardados por espadas verdes.

Cómo se prepara la flor de izote

El izote acompaña a las flores de mayo. Pero se distingue de las demás, porque con ella se preparan variados platillos en la cocina salvadoreña. La exquisita amargura de sus pétalos y estambres es la particularidad de la flor de izote.

“La despenico y le pongo tomate, cebollita y margarina y se cuece al vapor”, dice doña Flor del Carmen Guzmán, de 52 años, mientras contempla los gajos blanquecinos en su propiedad.

La casa de doña Carmen está ubicada en la calle a Huizúcar, la rodean parras de izote que se han multiplicado caprichosamente por el terreno. Doña Carmen agrega que la plantación sirve de lindero en su propiedad, a la vez que aprovecha sus flores durante esta época del año. Las cocina al vapor, pero también recomienda hacerlas en sopa y en rellenos de huevo.

Comenta que por el sabor amargo es fácil acompañar la flor con otros ingredientes, sin que pierda su toque original.“A mucha gente no le gusta por el sabor, pero es de aprovecharla porque sólo se puede comer una vez al año”, dice doña Carmen.

Flor nacional

La flor de izote es un platillo típico de categoría legislativa, pues también es un símbolo nacional. Por muchos años fue reconocida como flor nacional; sin embargo, fue hasta 1995 que se oficializó como tal. El 21 de diciembre de 1995, por Decreto Legislativo 560 fue declarada flor nacional de El Salvador.

“Que a fin de declarar oficialmente el reconocimiento a la referida Flor de Izote, como identidad representativa de nuestra flora, es procedente emitir el decreto correspondiente”, reza uno de los considerandos.

Una especie foránea

El biólogo del Jardín Botánico en el Plan de la Laguna, Miguel Ángel Renderos, dice que el izote no es una especie nativa de El Salvador.

Por tanto, no debería considerarse flor nacional. Afirma que la planta es originaria del sur de México y del norte de Guatemala.

Dice que existen otras especies nativas de nuestro país, con flores más representativas debido al color de sus pétalos (azul y blanco), como algunas campanillas.

Argumenta que es probable que se haya adoptado como símbolo nacional por el buen uso que los salvadoreños hacemos de ella.

Una flor muy «agradecida»

El biólogo explica que el izote es una especie muy “agradecida”, ya que se adapta fácilmente a cualquier tipo de suelo.

En El Salvador se reproduce tanto en las zonas costeras como en lugares que alcanzan los 2 mil metros sobre el nivel del mar. El especialista explica que aunque se prolifera al ser cultivada.

En los canastos del mercado

Los comensales de la flor nacional pueden encontrarla fácilmente en los mercados. Doña Ana Vásquez, de 64 años, incluye entre sus productos la codiciada flor de izote.

Se instala con su canasto en una concurrida calle cercana al Mercado Central. “Las estoy dando a 7 colones la grande, y a 5 colones ya embolsada”, dice doña Ana mientras empaca el producto. Afirma que la flor de izote es solicitada en estos días; no obstante, dice que la ganancia que obtiene es mínima porque los compradores la quieren barata.

Cara o barata, desde hace años, este símbolo nacional pasa de la altura de la planta al mercado y, luego, a la cocina.

Planta de Mesoamérica

El nombre científico del izote es Yucca guatemalensis, pertenece a la familia de las “agavaceaes” y crece con facilidad en zonas semiáridas. En botánica es catalogada como hierba arbocente, porque crece como árbol, pero su contextura es cañosa. El izote se adapta con facilidad a todos los climas de la región mesoamericana (desde el sur de México hasta Panamá).

El biólogo del Jardín Botánico en el Plan de la Laguna, Miguel Ángel Renderos, dice que la planta contribuye a la preservación del suelo. El izote es utilizado en la construcción de barreras vivas, explica el especialista.

Una de las características de la planta es que alcanza unos 10 metros de altura. Es de distribución masiva en todo el territorio nacional porque se adapta desde cero hasta 2 mil metros sobre el nivel del mar.

David J. Guzmán, en el libro “Especies útiles de la flora salvadoreña”, escribió que además de la flor, también es aprovechable la fibra de sus pencas.