Minutas salvadoreñas

Sin duda que cuando los Salvadoreños escuchamos la palabra minuta se nos viene a la mente esa delicia hecha de hielo triturado o raspado rociado de jarabe de frutas, como fresa, piña, vainilla y otros.

Las minutas Salvadoreñas son ese postre, golosina, deseo, no se como llamarlo, que se venden en todas partes en El Salvador en las calles por los “minuteros” (entiéndase el señor que vende minutas) y que pueden identificarse tan fácilmente como los señores que van empujando un carretón de madera viejo, con un montón de botellas llenas de jarabes de distintos colores y con tapones de plástico con una punta para que el jarabe pueda ser rociado fácilmente en el hielo.

El minutero también lleva en su carretón una gran marqueta de hielo envuelta en plástico, que esta rodeado por sal, para que el hielo no se derrita rápidamente por el candente sol y calor, clima característico de nuestro país.

No debe olvidarse que un minutero no puede ostentar ese titulo, si no tiene el raspador de hielo en la mano, que es una pieza de metal con la que el raspa la marqueta y que le sirve también para meter con comodidad, el hielo ya raspado en el vaso.

Hecha esta operación, la de meter el hielo en el vaso, entonces viene el turno del cliente para pedirle al minutero de que quiere su minuta, y allí vienen los jarabes a ser rociados generosamente por los jarabes escogidos.

Algunos minuteros tiene jalea de tamarindo también para ponerle la guinda a la minuta, y otros, los mas sofisticados le ponen trozos de guineo y otras frutas.

Es curioso, que por lo general, el tarro o deposito plástico que usa el minutero para guardar la jalea de tamarindo, siempre ande rodeado de avispas o abejas, por lo que mas de alguna vez, algún cliente habrá recibido su minuta con una o dos avispas o abejas embarradas con la jalea.

Hay algunos (creería que mas bien, algunas) que cuando piden la minuta, la piden de limón, es decir, solo quieren que el hielo triturado sea rociado de limón, sal y chile, lo que, sinceramente, queda demasiado ácido para mi gusto.

Finalmente, el minutero le da una cucharita de plástico y procede a cobrar la minuta.

Aunque es cierto que las minutas son especialmente anheladas en los meses mas calurosos, es cualquier momento y en cualquier lugar podrá comprar una, sea de un minutero, o sea de un kiosco de esos que se ponen en los centros comerciales y que a diferencia del minutero que lleva 5 o 6 sabores de jarabes, esos kioscos tendrán entre 12 y 20 sabores. Por supuesto, habrá una diferencia de precio obvia.