Historia del Teatro Nacional de Santa Ana
El Teatro Nacional de Santa Ana (El Salvador) es el principal centro para las artes escénicas de la ciudad salvadoreña de Santa Ana.
Su construcción inició en 1902, terminándose en 1910. Hasta el año 2009 fue
administrado por la Asociación del Patrimonio Cultural de Santa Ana (Acapulsa) y en la actualidad es parte de la Secretaría de Cultura de El Salvador.
Su historia, inicia en el año 1889, año en el cual se creó la Junta de Fomento de Santa Ana cuya función era velar por el engrandecimiento y ornato de la ciudad. Precisamente fue esta entidad la que inició el proyecto de creación del Teatro de Santa Ana.
En el año de 1890 se promovió el concurso de los planos del teatro, resultado ganador el Ing. Domingo Call. La construcción del teatro fue adjudicada a la
compañía Sociedad Constructora de Occidente dirigida por los arquitectos Francisco Durini y Crístóbal Molinari. A su vez se contrataron a los artistas italianos Luis Arcangelli, Guglieano Aronne, y Antonio Rovescalli, entre otros.
La primera piedra de la construcción fue colocada el 9 de febrero de 1902 durante el gobierno del General Tomás Regalado, oriundo de esta ciudad. En 1910 se terminó la construcción. Desde ese año hasta 1933, el Teatro de Santa Ana vivió su época de gloria, debido a la riqueza que produjo el cultivo del café.
En 1933 fue entregado al Circuito de Teatros Nacionales, la cual la usó como cine hasta 1979 cuando fue entregado al Ministerio de Educación. En 1982 fue declarado Monumento Nacional. La restauración del teatro empezó en 1987.
Desde finales de la Guerra Civil de El Salvador, la restauración fue retomada por El Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (CONCULTURA) con el apoyo de la Asociacion del Patrimonio Cultural de Santa Ana (Apaculsa); y a partir de 2010 es
administrada por la Secretaría de Cultura de El Salvador.
Ya desde la época colonial Sihuatehuacàn, ahora Santa Ana, fue un lugar atrayente por sus tierras, gentes y paisajes. Por los años 1555 se establecen aquí las primeras ciudades españolas por ser las tierras adecuadas para el cultivo del cacao.
Esta seguridad y bonanza económica permite la creación de las llamadas Juntas de Fomento, cuya finalidad era la de velar por el engrandecimiento y ornato de las ciudades. Así se creó la Junta de Fomento de Santa Ana en 1889, la cual en vista del interés que manifestaba la población, realiza el proyecto del Teatro de Santa Ana.
La junta procedió a buscar un terreno apropiado para la construcción del teatro, en ese entonces ya declarado como Proyecto de Utilidad Pública. El terreno seleccionado estaba al costado norte del Parque Central y ere conocido como el Portal Bernal. Fue expropiado y los propietarios recibieron una justa indemnización en pago.
Inicialmente, el terreno era de media manzana pero la comunidad pide a través del Diario de El Salvador en 1895, que se comprara también para jardín del teatro el terreno de lo hoy conocemos como Parque Kessels.
Un año más tarde, se promueve el primer concurso de planos del teatro, los participantes fueron el mexicano Tomás Murray y el salvadoreño Eustaquio Salvo.